Desde la antigüedad, grandes guerreros y héroes de la historia se han caracterizado por su larga cabellera, que ha sido símbolo de fuerza, virilidad, sabiduría y estatus social en diversas civilizaciones y movimientos culturales.
Desde oriente hasta occidente, samuráis, vikingos, apaches y muchos otros grupos étnicos atribuyeron al cabello largo una gran importancia que iba más allá de una simple moda, pues este era sinónimo de un poder que rayaba en lo mágico, como todos hemos de recordar a través de famosos relatos como el de Sansón.
Sin embargo, con el tiempo se fue adoptando cada vez más la convención de que los varones debían llevar el cabello corto, cuestión que suele tener su explicación principal en teorías de control social que, no obstante, hoy por hoy están pasando al olvido para dar un nuevo albor a la melena masculina.
El cabello largo y su poder en la antigüedad
Empezando por una de las leyendas más icónicas referentes al cabello largo como símbolo de poder, tenemos la ya mencionada historia de Sansón, héroe bíblico de los últimos jueces israelitas antiguos cuya fuerza sobrehumana estaba relacionada con su cabellera.
En este mismo sentido, diversas culturas veían en el cabello largo de los hombres un vínculo con el poderío al grado de que se convirtió en un modo de establecer las castas y clases sociales, como sucedía con los vikingos, en Europa del Norte, que solían utilizar trenzas que, junto con su barba sin recortar, respondía a su grado militar y rango dentro de su gobierno.
Del lado de oriente, desde China hasta Corea, destacan los adeptos al confucianismo, quienes creían que el cuerpo el pelo y la piel eran herencia de sus ancestros y por tanto no debían dañarlos ni mutilarlos, mientras que en Japón nos encontramos con el ejemplo de los samuráis, grupo guerrero que ocupó buena parte de la historia de ese país desde el siglo X al XIX y cuyo sistema de castas estaba marcado por el largo y peinado del cabello.
El cabello en la época moderna
Aunque se especula que el cabello corto en los hombres tuvo su origen durante el Imperio Romano con el desarrollo de su poderoso ejército, que veía en esto una ventaja a la hora de combatir sin la presencia de estorbo alguno e impidiendo que el enemigo tuviera un sitio de donde jalar, lo cierto es que este auge tuvo su verdadero impacto ya en tiempos modernos, tras el desarrollo de la milicia como la institución que actualmente conocemos.
Esto, según algunos historiadores, fue la puerta para que el cabello corto fuese la regla social para los caballeros, en quienes los estados modernos veían a un soldado en potencia y un ciudadano que debía estar conforme a este orden, por lo que podría decirse que fue también un modo de instaurar un mecanismo de control y un sesgo a la individualidad.
No por nada el resurgir del cabello largo viene de la mano con los movimientos pacifistas de los años 60’s y 70´s, en los que cobró fuerza la rebelión social en contra de un sistema que promovía el valor del dinero por sobre los valores humanos, la guerra y la represión: el estilo hippie que hasta el día de hoy es sinónimo rebeldía y libertad que, entre sus múltiples manifestaciones, encontró un baluarte en la clásica melena de entonces.
Sin duda alguna, el cabello siempre ha sido, de una u otra manera, uno de los elementos de nuestro cuerpo más destacados a la hora de expresar nuestro estilo, forma de ser e ideales, por lo que el impacto de perderlo a causa de la alopecia puede ser muy duro a nivel emocional.
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